La maldición que persigue al Real Madrid en Gerland sigue viva. El conjunto de Pellegrini se presentó a la cita de los octavos de final de la Champions league sin la motivación necesaria que requieren este tipo de partidos. Sin embargo, el Olimpique de Lyon salió al terreno de juego concentrado, sin ceder ni una parcela de césped al conjunto blanco. Trabajó duro en todas las facetas del encuentro y consiguió noquear a un Madrid que mantiene la herida europea abierta. Así consiguió un resultado favorable (1-0) y cuentan todas las visitas del Real Madrid con victoria.
Parecía un partido asequible para los de Chamartín, por la presencia de sus nuevas estrellas capaces de decidir un partido por un detalle, una idea o una simple inspiración, y por la debilidad del conjunto francés en lo que lleva de campeonato liguero. Pero el equipo de las nueve “orejonas” volvió a tropezarse con la misma piedra en el camino a lo más alto de Europa. Un golazo de Makoun en el inicio de la segunda parte no logró resucitar a un Real Madrid que sin la batuta de su director de orquesta, Guti, no consigue hacer sonar la sinfonía adecuada que se espera de un equipo donde militan jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo, Kaká o el joven Benzema, que regresó a la casa que le vio nacer como jugador.
Pese a la derrota, la eliminatoria se mantiene abierta. El Bernabéu quiere ver a su equipo el próximo diez de Marzo con las energías renovadas. No se conforman con saldar cada jornada de liga con una victoria, sino que desean volver a ver el reinado de su equipo en la competición continental más prestigiosa. El nuevo proyecto de Florentino Pérez planteó mal el partido desde el inicio y terminó la ejecución de peor manera. Mucho tiene que cambiar este Madrid si quiere que Europa vuela a rendirse a sus pies.
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